La inflación de junio llega a 14,5% y es la más alta de 2022.
La pérdida de poder adquisitivo equivale a 5,7% durante el 2022.
Las leyes establecen lo que debía ser un país perfecto, todo bien estipulado, lo que se puede y los límites hasta dónde llegan los derechos del ciudadano. En la mayoría de los países existe una ley laboral que estipula los derechos y deberes de los trabajadores. Venezuela no es una excepción.
Cuando revisamos La Ley Orgánica del Trabajo, de los Trabajadores y Trabajadoras, nos encontramos con el artículo 98. Que dice:
“Todo trabajador o trabajadora tiene derecho a un salario suficiente que le permita vivir con dignidad y cubrir para sí y su familia las necesidades materiales, sociales e intelectuales. El salario goza de la protección especial del Estado y constituye un crédito laboral de exigibilidad inmediata. Toda mora en su pago genera intereses.”
A todo el que disponga de un salario para vivir, en estos días tan difíciles, sabrá lo difícil que es estirar los biyuyos (billetes) para llegar a fin de mes, ya bien te paguen en dólares o bolívares. El problema se complica todavía más, cuando hay pequeños en la casa o personas de la tercera edad que dependen de una pensión. Y todavía más complicado, si tenemos en el núcleo familiar una persona discapacitada que no devenga salario alguno.
A veces nos preguntamos, cómo obtendrán los alimentos mínimos para sobrevivir esos viejitos pensionados que dependen de un salario mínimo, qué alimentos ingieren o el vecino que tiene 2 hijos menores y la esposa recién acaba de tener un bebé.
La verdad que es un misterio que supera la habilidad de los magos, poder sobrevivir con los salarios que están percibiendo los pensionados, obreros y profesionales en Venezuela.
Como si fuera poco, El problema se agrava todavía más cuando la tasa de inflación cierra todos los meses con un numerito cada vez mayor al mes anterior. Los primeros en preocuparse son los economistas que están al tanto de los datos de la actividad económica, aunque incluso antes que ellos los que van al mercado a comprar hortalizas, granos, café y otros víveres ya conocen de la situación, aunque no sepan de cuantificar los datos.
Eso de los datos, lo realizan especialistas como el Observatorio Venezolano de Finanzas, que se encargó de hacernos conocer como los salarios dolarizados han perdido su poder en el mes de junio pasado.
El OVF nos informa que en bolívares constantes de 2021, las remuneraciones de los trabajadores disminuyeron 6,6% entre diciembre de 2021 y junio de 2022. En términos de dólares estadounidenses, la remuneración promedio en junio se situó en US US$ 118,4, menor que la de los meses de mayo (US$ 119,5) y abril (US$ 120,3), respectivamente. Encontrándonos que la remuneración promedio mensual en junio de los gerentes fue de US$ 261,4, la de los profesionales US$ 175,7 y la de los obreros US$ 107,4.
Cuando se ajusta el ingreso con el alza de los precios, se aprecia que la pérdida de poder adquisitivo equivale a 5,7% durante el 2022. Sólo en términos de la canasta alimentaria, la remuneración promedio cubre solo un tercio de la canasta alimentaria.
Si consideramos el caso del sector público, la situación es todavía peor, ya que no cuentan con mecanismos de ajuste salariales respecto a la inflación, debido a las desaparecidas contrataciones colectivas.
Después de observar estos datos comprendemos lo distantes que estamos con el cumplimiento del artículo 98 de la LOTT, aunque aún mayor crudeza encontramos cuando vamos a la tienda a ver que compramos con lo poco que nos queda del salario. Pero ahí vamos ya paramos el carrito por lo caro de la gasolina, ya no usamos el transporte público porque los precios dan miedo, lo que me queda es la bicicleta hasta que se dañe uno de los cauchos.
Con información: OVF
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