











La ciudad indestructible sigue aguantando, pero en las últimas dos semanas la situación se ha intensificado enormemente.
Todas las entradas a Bakhmut son asediadas por la artillería enemiga. El ingreso se ha vuelto extremadamente peligroso, lo mismo que el movimiento en la propia ciudad. La pequeña población es atacada por tres frentes, el ejército ruso busca cerca la ciudad.
Los bombardeos no se detienen ni un minuto, solo hay momentos más intensos que otros. Sin embargo, la gente e incluso los niños, permanecen en la ciudad.
Los residentes de la ciudad no se quieren ir, porque tienen miedo y no confían. Cuentan sobre el vecino que se fue y un mes después regresó sin dinero, ni nada; de otros que son asesinados mientras huyen por los invasores.
La gente se agrupa en los puntos organizados por voluntarios y la ciudad. Allí hay comida caliente, internet, tv y hasta cuarto de niños.
Cada hora que pasa la situación se vuelve más crítica. La gente muere todos los días. El número de tumbas frescas en el cementerio local se ha duplicado desde diciembre.
Los defensores ucranianos mueren tratando de defender la ciudad y esperan que el sacrificio no sea en vano.
También leer: Delegación Rusa en Viena amenaza a occidente